"Mucha gente piensa que la filosofía es algo muy abstracto y para especialistas. Yo tengo y vivo la idea de que la filosofía no tiene nada que ver con especialistas, de que no es una especialidad o, si lo es, lo es en el mismo sentido que la pintura, la música, etc." Gilles Deleuze

domingo, 27 de noviembre de 2011

Deleuze, la alegría y Los Abuelos de la Nada.

Ya terminé con la letra J de la entrevista de Deleuze, pero me olvidé de dar ejemplos de alegría. Imperdonable. Esta canción se llama "Cosas mías". 
Alégrense mientras puedan.
¿Quién no siente alegría al escuchar a Miguel Abuelo? Simple y maravillosa alegría.
Para quienes no pudieron conocerlo y jamás lo escucharon, estos son Los Abuelos de la Nada. Canta Miguel Abuelo, un dios de nuestro rock nacional, en este caso de los ´80. 
Miguel transparentaba como Deleuze y cantaba sobre y con alegría. Cosa rara.




sábado, 26 de noviembre de 2011

Blinis, ratatouille y Bergson-Deleuze

sin foto de mi ratatouille
y vino blanco por la noche... después del tereré de la tarde. Admiro a Deleuze y por extraño que pueda resultar, me pone contenta, pero ese tema con la comida no lo comprendo. 
Decía entonces, sólo una mínina parte de Bergson para ayudar a comprender a Deleuze, para no asustar o abrumar,  qué se yo. Exige continuación aquí mismo. No seguiré haciendo nuevas entradas sobre esto. Agregaré aquí no más. Tengan paciencia, es más fácil de lo que parece.
Seguimos con La imagen tiempo, capítulo Del recuerdo a los sueños. Tercer comentario de Bergson ("Materia y memoria"). Salud!
bombín Bergson!

¿Por qué el ratatouille nunca se ve rico como es?

Como les dije, seguiré agregando cosas de a poco para llegar a la definición más clara posible de la "imagen cristal". A continuación hago una aclaración (es para mí también, porque no sé muy bien qué estoy haciendo):

Un capítulo más entonces, pero quiero decirles que la verdad es que no sé en qué lío me estoy metiendo. Quiero decir que comprendo que nadie quiera leer esto, que suena tal vez muy mecánico o peor aún, algo muy obvio pero explicado tan escabrosamente y al detalle que da bronca, y que por momentos no se sabe dónde va y si sirve para algo o si les importa lo suficiente como para seguir leyendo. Me pasó con tantas otras cosas que tuve que leer que supongo que también puede suceder con Deleuze. Pero si están de humor, inténtenlo. Usualmente Deleuze hace una descripción de lo que hablará o plantea el problema y es tan general lo que dice que no se comprende nada, luego comienza a detallar y achicar los conceptos y creés que comenzás a entender aunque quedan agujeros en el camino, pero al final, en pocos párrafos, hace eso que a mí me gusta: transparenta todo. Tengan paciencia que se comprende.  No sean gallinas.
Ya está terminado.
1

Bergson distingue dos clases de “reconocimiento”: (y de paso aclaro lo del post anterior que está un tanto "oscuro").

Tereré y "Los cristales del tiempo"

tereré y jazmín
Intentaré mañana, tereré de por medio si hace mucho calor, comenzar con el concepto de imagen cristal que está en "Los cristales del tiempo". Al respecto tengo un pequeño problema: para citar la imagen cristal, que no es un concepto tan fácil, tengo que remitirme a unos capítulos anteriores de "La imagen tiempo" que hablan sobre Bergson. Mucho peor, tendría que ir a los primeros capítulos donde acechan Cristian Metz y Pierce. Eso no pasará. Incluso ahora me doy cuenta que en el post anterior sobre la comedia musical hay mucho "sensoriomotor" de aquí y de allí. Bueno eso es Bergson y sus "reconocimientos". No sé si podré evitarlo porque estaría bueno se comprendiera claramente el concepto de la imagen cristal porque aquí podrían ver un ejemplo clarísimo de lo que Deleuze llama el trabajo de la filosofía: crear conceptos. 
Me pregunto si todos miraron 8 1/2. Yo comprendí este concepto de Deleuze en esa película de Fellini. Siempre me gustó la  película intuitivamente pero nunca quise leer una crítica o algún análisis muy profundo.
Me habían dicho que con 8 1/2  comenzaba el cine moderno pero me resultaba un enunciado vacío, snob, aburrido, cosa de revista de cine que a veces te arruinan una película que te gusta. Tal vez a ustedes les parezca que ésto es exactamente lo que Deleuze hace en este libro (pues es sobre cine). Y tal vez tengan razón. Pero para mí Deleuze no hace autopsias sino que transparenta las cosas...como si su estado al escribir sobre cine fuera... alegría.

Deleuze y la comedia musical


 Yo era una de esas necias que odiaba la comedia musical sin haberme dado la oportunidad de prestarle atención. Y la verdad es que aún no me gusta. Pero hace unos años, gracias a Deleuze y específicamente a esto que transcribo, aprendí (creo) a mirar el "grado cero", el paso al otro mundo. Este texto no es tan amable como la entrevista, está extraído de "La imagen tiempo", capítulo "Del recuerdo al sueño", el anterior a mi preferido: "Los cristales del tiempo". No sólo habla de Astaire y Kelly sino también de Vincent Minnelli, Jerry Lewis, Keaton, Chaplin, Laurel, etc. Ojalá encuentren lo que yo encontré. 

La comedia musical es el movimiento despersonalizado y pronominalizado por excelencia, con el baile trazando un mundo onírico. En Berkeley, las girls multiplicadas y reflejadas forman un proletariado feérico cuyos cuerpos, piernas y rostros son piezas de una gran máquina de transformación: las “figuras” son como vistas caleidoscópicas que se contraen y se dilatan en un espacio terrestre o acuático, casi siempre captadas desde arriba, girando alrededor del eje vertical y transformándose unas en otras para culminar en puras abstracciones. Es verdad que hasta en Berkeley, y con mayor razón en la comedia musical en general, el bailarín o la pareja conservan una individualidad que es fuente creadora de movimiento. Pero lo que cuenta es la manera en que el genio individual del bailarín, la subjetividad, pasa de una motricidad personal a un elemento suprapersonal, a un movimiento de mundo que la danza va a trazar. Es el momento de verdad en que el bailarín camina todavía, pero es ya un sonámbulo que será poseído por el movimiento que parece llamarlo: lo encontramos en Fred Astaire, en el paseo que insensiblemente se vuelve danza (Melodías de Broadway de V. Minnelli) tanto como en Kelly, en el baile que parece nacer de la desnivelación de la acera (Cantando bajo la lluvia de Donen). Entre el paso motor y el paso de baile hay a veces lo que Alain Masson llama un “grado cero”, como una vacilación, un desajuste, un retraso, una serie de fallos preparatorios o por el contrario un brusco nacimiento. 

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Entrevista. Letras U, V, W, X, Y y Z


 Estas letras son delirantes!

CP: Llegamos al final, así que vamos rápido.
U” es el “Uno”;
V” es el “Viaje”;
W” es el no a “Wittgenstein”;
X” es una desconocida;
Y” se la dejamos a los platónicos
Y la “Z” es la frutilla del postre.
Vamos con la U. Uno. Un. La filosofía o la ciencia tratan de lo universal. Sin embargo, vos siempre decís que la filosofía debe permanecer en contacto con singularidades. ¿No hay en ello una paradoja?

GD: No, no hay paradoja porque la filosofía, e incluso la ciencia, no tienen rigurosamente nada que ver con lo universal, de modo que se trata de ideas recibidas, ideas de opinión. La opinión sobre la filosofía es que trata de universales, la opinión sobre la ciencia es que trata de fenómenos universales, que siempre pueden repetirse, etc. Pero incluso si observás una fórmula como “todos los cuerpos caen”, lo importante no es que los cuerpos caigan: lo más importante es la caída y las singularidades de la caída. Estamos de acuerdo con que las singularidades científicas como las singularidades matemáticas en las funciones, o las singularidades físicas, o las químicas (punto de congelación, etc) son reproducibles, ¿y qué? Son fenómenos secundarios, son procesos de universalización, pero de lo que trata la ciencia no es de universales, sino de singularidades. “Punto de congelación”: ¿cuándo cambia de estado un cuerpo, cuándo pasa del estado líquido al sólido? La filosofía no trata del Uno, del Ser… eso son pavadas. Trata también de singularidades. Sería preciso preguntar qué son las multiplicidades. De hecho nos encontramos siempre con multiplicidades que son conjuntos de multiplicidades. La fórmula de la multiplicidad o de un conjunto de singularidades es n-1, es decir: el Uno es lo que hay que sustraer siempre.
La filosofía no trata de universales. Mirá, si querés, podríamos hacer tres tipos de universales: están los universales de contemplación (las Ideas con “i” mayúscula); están  los universales de comunicación  y finalmente, los de reflexión. Ello implica que se defina a la filosofía ya como contemplación, ya como reflexión, ya como comunicación. En los tres casos, resulta cómico, resulta francamente gracioso. El filósofo que contempla, de acuerdo, hace reír a todo el mundo; el filósofo que reflexiona no hace reír, pero es aún más tonto, porque nadie necesita a un filósofo para reflexionar. Así, los matemáticos, no necesitan ningún filósofo para reflexionar sobre sus matemáticas; un artista no necesita buscar un filósofo para reflexionar sobre la pintura o sobre la música. En fin, decir que la filosofía es “una reflexión sobre” es despreciar a la filosofía y a aquello sobre lo que se supone que ha de reflexionar. En cuanto a la comunicación, de esto no hablo, porque la idea de que la filosofía es la instauración de un consenso en la comunicación a partir de universales de la comunicación es la idea más divertida que hemos podido jamás escuchar. La filosofía no tiene rigurosamente nada que ver con la comunicación. La comunicación se basta muy bien a sí misma; es una cuestión de opinión y de consenso, es el arte de las interrogaciones. La filosofía consiste en crear conceptos, y esto no es comunicar. Y el arte no es la ciencia, ni la filosofía: no es contemplativo, ni reflexivo, ni comunicativo: es creativo, eso es todo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Primo Levi (Turín, 1919-1987)

Nació en una familia judía asentada en el Piamonte después de la expulsión de los judíos de España en 1492 (los gobiernos españoles desde el medioevo hasta acá no se privaron de nada no?, primero árabes y judíos, ahora nosotros los eeeeeeeeeh me olvido del insulto ¿cómo nos dice la derecha española?, bueh, ciertos porteños podrían haberme llamado "cabecita negra" cuando vivía allí, en fin, la estupidez es internacional, amigos).
Digresión terminada.

En 1941 se gradúa en Química en la Universidad de Turín y dos años después se une a la resistencia antifascista. Fue capturado y deportado a Auschwitz, donde trabajó como esclavo en una planta industrial. Tras la liberación del campo por el Ejército Rojo en 1945 y después de una odisea por varios países de Europa Oriental, regresa a Turín (de esta Odisea habla en su libro "La tregua" y está la película también). 
Comienza a escribir inmediatamente y en 1947 termina el que sería el primer libro de la trilogía: "Si esto es un hombre" aunque creo que recién se lo conoce con la edición de Eunadi (la misma editorial que publicaba a Ítalo Calvino) en 1958, luego vendrá "La tregua" en 1963 y"Los hundidos y los salvados" en 1986.
Lo que escribo a continuación está en "Los hundidos y los salvados". Y aún quemaba por supuesto, porque lo primero que cita en este libro es una parte de este poema:

Since then, at an uncertain hour,
That agony returns:
And till my ghastly tale is told
This heart within me burns.
              S.T.Coleridge
The Rime of the Ancient Mariner
(Or. vv. 582-85) 

Lo que transcribiré tiene que ver con lo que Deleuze dice de Levi en la Letra R. Aquí vamos (¿cómo se cita a un escritor que está citándose a sí mismo?):

jueves, 17 de noviembre de 2011

Chamamé!

Voy a poner un poquito de música. Y sí, es un chamamé, quién diría. Es maravilloso para estas tardes húmedas cuando se va acercando el verano.
Se llama Río de Camalotes, el autor es Mario Corradini y canta Mercedes Sosa. Les dejo la letra a continuación. 
El video no es bueno pero es el único que encontré con buen sonido.


Si yo digo verde, a que usted no piensa en el camalote
Y si digo agua usted no imagina el Paraná
Diciembre lo arranca, desata su nudo con la madreselva
Y con él viene el agua, el viento del norte y la yarará
Y a su incertidumbre, lento lagarto, raíces negras
Se le pega el hambre, el aire pesado y la inundación

Que no se detenga tu marcha lenta rumbo p'al mar
Es tan semejante a nuestro delirio, a la soledad
Que te empuje el viento, mi pensamiento o el temporal
Fuera de la orilla, tu camarilla, camalotal

El río que te acuna, mete su lengua en el caserío
Bajo tu llanura juega el Dorado, escondiéndose
Silencioso ejército, panza de agua, patas de barro
Mamotreto de hojas, verdes las aguas del invasor.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Entrevista. Letra R (Resistencia)


Primo Levi

En esta letra habla también sobre la ciencia, el arte y la estupidez, pero lo más importante: habla de Primo Levi. Supongo que sobre todo se refiere a “Si esto es un hombre” y “Los hundidos y los salvados”.Tal vez, en un par de entradas más suba algo de estos libros.
Es mi letra preferida de toda la entrevista. Deleuze hablando de Levi con emoción es todo un regalo.

CP: “R” de Resistencia y no de Religión. Siempre que creamos, resistimos. Entonces, los artistas, los cineastas, los músicos, los matemáticos, los filósofos, toda esa gente resiste. ¿Pero a qué resisten exactamente? Pero vayamos por partes. La filosofía ha creado conceptos, pero la ciencia, ¿crea conceptos?

GD: No, en cierto modo es una cuestión de palabras, Claire, porque, si decidimos reservar la palabra concepto para la filosofía, entonces a las nociones científicas hay que designarlas con otra palabra. Tampoco se dice que un artista crea conceptos. Digamos que un científico es alguien que crea funciones (no digo que sea la mejor palabra). Einstein, Galois, los grandes matemáticos, los físicos, los biólogos, crean funciones. Y bien, ¿en qué medida eso es resistir? Resisten, en primer lugar, a los arrastres y a los deseos de la opinión corriente, es decir, a todo ese dominio de interrogación imbécil. Tienen fuerza para exigir su propio ritmo, nadie conseguirá fácilmente que los científicos renuncien a algo en condiciones prematuras. Del mismo modo que nadie tiene el derecho de atropellar a un artista. 

martes, 15 de noviembre de 2011

Entrevista. Letra M (maladie = enfermedad)


No se dejen asustar por el tema de la letra M, hay otros peores en ella: vejez, cansancio, médicos, medicamentos y también  comida.  Para quienes no se han animado a leerlo o han tenido fiaca, esta letra resultó ser extravagantemente divertida. Tuve que dejar de poner párrafos en negrita porque todo me daba risa. Tal vez encuentren mezclado en el texto algunas pavadas que yo escribí, me permito hacerlo en esta parte de la entrevista porque la M resultó ser desopilante... quién lo diría. 
Muy gracioso especialmente lo que dice sobre la comida y los médicos.


CP: ¿Es una casualidad? Muchos grandes escritores tienen una salud delicada. Poco vividores, pero grandes visionarios. Justo después de poner el punto final al manuscrito de Diferencia y repetición, en 1968, sos hospitalizado por una tuberculosis muy grave. Vos, que habías podido decir, a propósito de Nietzsche y Spinoza, hasta qué punto los grandes pensadores tenían una salud delicada, te ves obligado a vivir, en adelante, con la enfermedad. ¿Sabías que tenías tuberculosis desde mucho tiempo antes?

GD: Sabía que tenía algo malo desde mucho antes, pero creo que soy como la mayoría de la gente: no tenía un deseo enorme de saberlo, y además, también como la mayoría de la gente, pensaba naturalmente que era un cáncer, así que no me sentía acuciado.
¿La enfermedad facilita las cosas para alguien que se propone pensar? Yo creo, en efecto, que un estado de salud muy pobre es favorable para estar a la escucha de la vida. Lo cierto es que uno no puede pensar si no está ya en un dominio que excede un poco sus fuerzas, es decir, que lo vuelve frágil.

CP: Pero tus relaciones con los médicos y los medicamentos cambiaron a partir de ese momento, es decir, tuviste que visitar médicos, supuso una especie de obligación, sobre todo porque a vos no te gustan mucho los médicos.

GD: No se trata de nadie en particular, pero la manera que tienen de manejar el poder me parece odiosa. Trabajan cada vez más con aparatos y pruebas, bastante desagradables para el paciente, pruebas de las que uno tiene la impresión que carecen del menor interés, salvo el de reconfortar su diagnóstico. Y ellos se sirven de esas pruebas de un modo inadmisible. Lo que supone una alegría para mí es que, cada vez que pasé o pude pasar por uno de sus aparatos, mi respiración era demasiado débil para ser registrada. ¿Querés un chisme? No pudieron hacerme una ecografía. Y, para mi júbilo, en ese momento se ponían furiosos. Creo que en esos momentos odian a su pobre paciente, porque ellos aceptan muy bien equivocarse en el diagnóstico, pero lo que no aceptan es que uno no sea captado por sus aparatos. Además, son demasiado incultos: cuando empiezan a hablar de la cultura, es una catástrofe. En fin, los médicos son una gente muy extraña. Mi consuelo es que ganan mucho dinero pero no tienen tiempo para gastárselo porque llevan una vida enormemente dura. Sí, los médicos no me atraen mucho –con independencia de las personalidades, lo repito, que pueden ser exquisitas- en su función, la verdad es que tratan a la gente como perros. Y en ello entra la lucha de clases, porque si uno es rico son mucho más educados, salvo en la cirugía –los cirujanos son un caso especial. Pero con los médicos la cosa no va bien, habría que hacer una reforma, porque al fin y al cabo hay un problema.
Todos se dieron cuenta que el texto continúa una vez que hacen click en el link "Más información", no???

Entrevista. Letra L.


Melville
La K, por Kant, la voy a pasar de largo. Con perdón.La L, de literatura nos gusta más que Kant.

CP: La literatura frecuenta tus libros de filosofía y tu vida. Vos leés y releés muchos libros de literatura, “la gran literatura”. Siempre has tratado a los grandes escritores como pensadores. Escribiste sobre Proust, Lewis Carroll, Zola, Sacher-Masoch (quién es!!!), Kafka. Quisiera saber, en primer lugar, si siempre leiste mucho.

 GD: Oh, sí. En un determinado momento, leía mucha más filosofía pero luego tuve tiempo para leer novelas, pero las grandes novelas las he leído toda mi vida, sí, cada vez más. El caso es que ¿me sirve para la filosofía? Seguramente… Por ejemplo, lo que debo a Fitzgerald, que sin embargo no es un novelista muy filósofo, es inmenso. Lo que debo a Faulkner es también muy grande. Pero la cosa se explica por sí sola, justamente, en función de lo que hemos dicho: es la historia que dice que el concepto nunca existe solo. El concepto, al mismo tiempo que prosigue su tarea, hacer ver cosas, está en conexión con perceptos y resulta que, de repente, lo encontramos en una novela. Además, hay problemas de estilo que son los mismos en filosofía y en la literatura.
S. Fitzgerald
Planteemos ahora una cuestión muy sencilla: los grandes personajes de la literatura son grandes pensadores. Acabo de releer buena parte de Melville: el Capitán Achab es un gran pensador, Bartebly, aunque no del mismo tipo, es un pensador. Es la tarea del literato que, porque no puede hacerlo todo a la vez, está atrapado en el problema de los perceptos y de hacer ver, hacer, percibir y crear personajes. ¿Te das cuenta de lo que es crear un personaje? Es algo pasmoso. El filósofo crea conceptos. Pero resulta que todo ello se comunica mucho porque el concepto, en algunos aspectos, es un personaje y el personaje tiene la dimensión del concepto.
W. Faulkner
 Lo que hay en común, para mí, es que las dos actividades, la gran literatura y la gran filosofía, dan fe de la vida. Es lo que antes llamaba “la potencia”. Por esa misma razón los grandes autores no tienen muy buena salud. ¿Por qué hay literatos que no tienen una gran salud y son los mismos por los que tal vez pasa la vida a raudales?  En cierta manera, tanto la salud delicada de Spinoza como la salud delicada de Lawrence, son prácticamente lo que decía sobre el lamento: han visto algo demasiado grande para ellos. Son videntes, no son capaces de aguantarlo, aquello los hace añicos. Chéjov sería uno de esos casos. ¿Por qué Chéjov está tan destrozado? Ha visto algo. Los filósofos y los literatos están el mismo punto. Hay cosas que logran ver y de las que, literalmente, no vuelven. ¿Qué cosas son esas? Eso varía mucho con arreglo a los autores, pero, por regla general, se trata precisamente de perceptos en el limite de lo soportable, o de conceptos en el límite de lo pensable. De esta suerte, entre la creación de un gran personaje y la creación de un concepto veo tantos vínculos que, en cierto modo, es una misma empresa.

Entrevista. Letra J (joie= alegría)


Y volví. Ni en millones, ni en decenas, apenas ésta unidad. No me apuré en seguir "subiendo letras" de la entrevista porque no les creo que estén leyendo algo. Voy a comenzar a comentarme a mí misma. Queridos traidores y traidoras, a continuación: la alegría.

CP: Observaciones sobre la alegría, concepto de Baruch Spinoza, filósofo judío, y sobre la reputación de antisemitismo de Friedrich Nietzsche, filósofo alemán. Un triste personaje hace su entrada: el sacerdote. Se trata de un concepto que apreciás mucho, porque fue Spinoza el que hizo de la alegría un concepto de resistencia y de vida. “Evitemos las pasiones tristes y vivamos con la alegría para alcanzar nuestra máxima potencia; así, pues, hay que huir de la resignación, la mala conciencia, la culpabilidad, de todos los afectos tristes que explotan sacerdotes, jueces y psicoanalistas”. En fin, no cuesta nada entender lo que podía gustarte en toda esta referencia. De modo que, en primer lugar, quisiera que distinguieras la alegría de la tristeza, para Spinoza y para vos. ¿Encontraste algo el día que lo leíste?

GD: Ah, sí, porque son los textos que presentan una carga extraordinaria de afectos en Spinoza. Esto quiere decir (simplifico mucho) que la alegría es todo lo que consiste en colmar una potencia. Uno experimenta alegría cuando colma, cuando efectúa una de sus potencias. Volvamos a nuestros ejemplos: yo conquisto, por poco que sea, un pedazo de color, entro un poco en el color. ¿Te das cuenta de la alegría que eso puede suponer? Es eso: he colmado una potencia. Pero entonces lo que resulta equívoco es la palabra “potencia”. Por el contrario, ¿qué es la tristeza? Se da cuando estoy separado de una potencia de la que, con razón o sin ella, me creía capaz. “Ah, podría haber hecho eso pero las circunstancias me lo impidieron”. Así, pues, eso es la tristeza. Habría que decir que toda tristeza es el efecto de un poder sobre mí. Efectuar algo de la propia potencia es siempre bueno. Eso es lo que dice Spinoza.
No hay potencia mala. Lo que es malo es el grado más bajo de la potencia, o sea, el poder. ¿Qué es la maldad? Es impedir que alguien haga lo que puede, que efectúe su potencia. De tal suerte que no hay potencia mala sino que hay poderes malos. Y tal vez todo poder sea malo por naturaleza porque el poder separa siempre a la gente que está sometida de aquello que pueden. De tal manera que Spinoza parte de ahí. En efecto la tristeza está ligada a los sacerdotes, a los tiranos, a los jueces. Se trata de gente que siempre separa a sus súbditos de aquello que estos pueden.