"Mucha gente piensa que la filosofía es algo muy abstracto y para especialistas. Yo tengo y vivo la idea de que la filosofía no tiene nada que ver con especialistas, de que no es una especialidad o, si lo es, lo es en el mismo sentido que la pintura, la música, etc." Gilles Deleuze

jueves, 27 de octubre de 2011

La entrevista. Letra F (por fidelidad)

En realidad le pregunta sobre la fidelidad pero él habla sobre la amistad.


C.P.: Tus amistades son muy importantes para vos. Quisiera saber si considerás correcta la impresión de que la fidelidad está forzosamente ligada a la amistad o si, acaso, es a la inversa.

G.D: La amistad es algo distinto de la fidelidad. ¿Por qué se hace uno amigo de alguien?  Para mí, es una cuestión de percepción. No se trata de tener ideas en común. ¿Qué quiere decir "tener cosas en común" con alguien? Voy a decir banalidades: es entenderse sin tener que explicarse. No es partir de ideas comunes, sino que se tiene un lenguaje común, o un pre-lenguaje común. Hay personas de las que no comprendo nada de lo que dicen, aunque digan cosas sencillas como "Pasame la sal". Por el contrario, hay quienes me hablan de un tema sumamente abstracto y no estoy de acuerdo con ellos, pero lo entiendo todo. No se trata de la comunidad de las ideas, sino que hay un misterio en el hecho de tener algo que decir a alguien, de entenderse sin ideas comunes. Es esa especie de fondo indeterminado. Tengo una hipótesis: cada uno de nosotros es apto para aferrar un determinado tipo de encanto, nadie aferra todos los tipos a la vez. Hay una percepción del encanto. Un gesto de alguien, un pudor de alguien son fuentes de encanto, que tienen tanto que ver con la vida que llegan hasta las raíces vitales, de tal suerte que uno se hace amigo de alguien. Hay frases que sólo pueden ser dichas si la persona que las dice es vulgar o innoble. Para cada uno de nosotros hay frases ante las que uno se dice: "¡Dios mío! ¿Qué estoy oyendo? ¿Qué es esta inmundicia?" No se puede decir una de esas frases al azar y luego pretender enmendarla. Y, a la inversa, hay frases insignificantes que tienen tal encanto, que muestran tal delicadeza que inmediatamente pensás que aquel que la pronuncia es tuyo y no en el sentido de la propiedad. En fin, en ese momento nace la amistad, puede nacer. Así que se trata ciertamente de una cuestión de percepción, de percibir algo que te es afín o que te enseña, que te abre o te revela algo.


C.P.: Descifrar signos.

G.D.: Exactamente, sólo se trata de eso. A mi modo de ver, todas las amistades se asientan en esas mismas bases: ser sensibles a los signos que alguien emite. Creo que eso es lo que explica que uno pueda pasarse horas con alguien sin decir una palabra, o diciendo cosas completamente insignificantes. La amistad es cómica.

C.P.: A vos te gustan mucho los cómicos, las duplas de amigos, como Bouvard y Pécuchet, o Mercier y Camier...

G.D.: Yo creo que con Jean-Pierre (un amigo) somos pálidas reproducciones de Mercier y Camier. En efecto, yo estoy todo el tiempo cansado, tengo una salud frágil; Jean Pierre es hipocondríaco y nuestras conversaciones son muy del tipo Mercier/Camier. Uno le dice al otro: "¿Cómo andás?". Y el otro responde: "Estoy que reviento, pero no de entusiasmo". Esa es una frase llena de encanto y uno ama al que la dice. Con Félix (Guattari) es diferente, estamos más próximos a Bouvard y Pécuchet. Con otro amigo, podríamos ser pálidas réplicas de Laurel y Hardy. No es que se deba imitar a esas grandes parejas, pero la amistad es eso. Los grandes amigos son Bouvard y Pécuchet, Mercier y Camier, Laurel y Hardy, aunque riñan y se peleen, eso no tiene mucha importancia.
En la cuestión de la amistad hay una especie de misterio y esto atañe estrechamente a la filosofía. Porque la palabra "filosofía" contiene la palabra "amigo". Quiero decir que el filósofo no es un sabio. De lo contrario, sería cómico. Literalmente es un "amigo de la sabiduría". Lo que los griegos inventaron no es la sabiduría, sino esa extraña idea: "amigo de la sabiduría". ¿Qué quiere decir "amigo de la sabiduría"? Este es el problema del ¿Qué es la filosofía? (libro de G.D.).El amigo de la sabiduría no es un sabio. Hay una interpretación obvia que dice que tiende hacia la sabiduría. Pero así no se entiende nada. ¿Qué es lo que inscribe la amistad en la filosofía y qué tipo de amistad? ¿Ha de darse en relación con un amigo? ¿Qué era esto para los griegos, qué quiere decir "amigo de"? Si interpretamos "amigo" como aquél que "tiende hacia", entonces amigo es quien pretende la sabiduría sin ser un sabio. Pero, ¿qué quiere decir pretender la sabiduría? Quiere decir que hay otro, que nunca se es el único pretendiente. Si hay un pretendiente de la chica, entonces quiere decir que la chica tiene varios pretendientes.

CP: No se es el prometido de la sabiduría, se es apenas un pretendiente.

GD: Exacto. Entonces hay pretendientes a la sabiduría. ¿Y qué inventaron los griegos? A mi modo de ver, la civilización griega inventó el fenómeno de los pretendientes. O sea, la idea de que hay una rivalidad de los hombres libres en todos los dominios. Esta idea de la rivalidad entre los hombres libres no existía en otros lugares. Pensemos en la elocuencia, por ejemplo. Es por eso que son tan burocráticos, entablan pleitos, se procesan mutuamente... El chico o la chica tienen pretendientes, están los pretendientes de Penélope... En fin. Este es el fenómeno griego por excelencia. Si consideramos la historia de la filosofía, para algunos la filosofía está ligada a ese misterio de la amistad. Para otros, al misterio del noviazgo.Y tal vez no andemos lejos. Pienso en Las cartas del noviazgo, de Kierkegaard. No hay filosofía sin ese texto, sin el primer amor.
Pero, como decíamos antes, el primer amor es al repetición del último, tal vz sea el último amor. Tal vez la pareja tenga importancia en la filosofía. Creo que no se sabrá lo que es la filosofía hasta que no se hayan resuelto las cuestiones de la novia, del amigo, de lo que es el amigo, en fin. Eso es lo que me parece interesante. Blanchot y Mascolo son dos pensadores actuales que en relación con la filosofía o el pensamiento, otorgan importancia a la amistad. Pero un sentido muy especial, ya que no nos dicen que es preciso tener un amigo para ser filósofo o pensar, sino que consideran que la amistad es una categoría o una  condición del ejercicio del pensamiento. Eso es lo que importa. No el amigo en sí, no el amigo de hecho, sino la amistad como categoría,  como condición para pensar. A mí me encanta desconfiar del amigo; para mí, la amistad es la desconfianza. Yo desconfío de Jean Pierre como la peste. Desconfío de mis amigos. Pero desconfío con tanta alegría que no pueden hacerme ningún daño. Pueden hacerme lo que quieran que lo voy a tomar con mucha gracia. Hay mucho entendimiento, mucha comunidad entre amigos. Pero no hay que creer que estos acontecimientos sean pequeños asuntos privados. Cuando se habla de amistad se trata de saber en qué condiciones se puede ejercer el pensamiento. Por ejemplo, Proust considera que la amistad es nada. No sólo para él, en lo que le concernía, sino porque, para el pensamiento, no había nada que pensar en la amistad. En cambio, considera que hay materia para pensar en el amor celoso. Que ésa es la condición del pensamiento.

CP: Quisiera plantearte una última cuestión, breve, acerca de tus amigos. Con Foucault tuviste una amistad que no era la de una pareja como con Félix, etc. Ustedes fueron amigos al final de la guerra y estudiaron juntos. Tu amistad con él era muy profunda, pero también distante. Para algunos más formal que amistosa. ¿Qué tipo de amistad era ésa?

GD: Sin duda, él era el más misterioso. Tal vez nos conocimos demasiado tarde. Foucault fue un gran pesar para mí, pues como le tenía un respeto anorme nunca intenté... voy a decir cómo lo percibía. Él era uno de esos raros seres humanos que, cuando entraba en una sala, cambiaba la atmósfera. Foucault no era sólo una persona. Bah, ninguno de nosotros es simplemente una persona. Pero con él era como si otro aire entrase, como si él fuera una corriente de aire especial. Las cosas se transformaban, era verdaderamente un factor climático, como una emisión de rayos. Una emanación Foucault.En fin, él responde a lo que decía hace un rato sobre lo innecesario de hablar con un amigo. Sólo hablábamos de cosas que nos hacían reir. Como si ser amigos fuera ver a alguien y pensar: ¿qué es lo que nos va a hacer reir hoy?, o, ¿ qué nos hará reir en medio de todas estas catástrofes? Foucault era y es el recuerdo de alguien que ilustra lo que te decía acerca del encanto. Los gestos de Foucault eran asombrosos. Parecían gestos metálicos, gestos de madera seca. Eran gestos muy extraños, fascinantes, muy hermosos.
Lo difícil de entender es que la gente tiene encanto gracias a su locura. El verdadero encanto de la gente aparece ahí donde se pierden los estribos, cuando no se sabe muy bien dónde se está. Eso no quiere decir que se desmoronen, pues se trata de gente que no se desmorona. Pero si no aferrás esa pequeña raíz o ese pequeño grano de locura de alguien, no lo podés amar. Aparte, todos somos un poco dementes. Esto puede asustar, pero en cuanto a mí, soy feliz al constatar que el punto de demencia de alguien es su fuente de encanto. Pasemos la "G".


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